Los próximos sábados 3 y 10 de diciembre, la terapeuta Ángela González facilitará un Taller de Constelaciones Familiares alrededor de este tema. Te invitamos a participar. Reserva tu lugar en nuestros teléfonos: (55) 5211-9051 y 5211-3346.
Compartimos dos cuentos de Bert Hellinger sobre el tema:
Limpieza general
Bert Hellinger
Alguien vive en una casa pequeña y con los años va a amontonando un sinfín de trastos en sus cuartos. Muchos huéspedes llevaron cosas y, al seguir su camino, dejaron alguna que otra maleta. Parece como si aún estuvieran, aunque hace tiempo que se marcharon para siempre.
También lo que el propietario mismo ha ido almacenando sigue guardado en la casa. Nada se da por acabado ni se puede perder: su memoria se aferra incluso a objetos rotos, que se quedan y quitan espacio a otras cosas mejores.
Sólo cuando el dueño de la casa está ya a punto de ahogarse, empieza a hacer la limpieza. Comienza por los libros: ¿quiere seguir mirando imágenes antiguas, intentando comprender enseñanzas e historias ajenas?
Por eso saca de su casa lo que ya quedó resuelto hace tiempo, así que en las habitaciones vuelve a haber espacio y luz.
Después, abre las maletas ajenas para mirar si aún queda algo que pudiera usar. Descubre algunas preciosidades y las aparta: el resto también lo saca afuera.
Tira los chatarros viejos a un hoyo profundo que cubre cuidadosamente de tierra, para finalmente sembrar tierra encima.
Lo nuevo
Bert Hellinger
Lo nuevo nunca estuvo antes. Agrega algo que ya estaba.
Lo nuevo a menudo surge de un movimiento que ya estaba en marcha y que provoca un cambio, algo que pertenece a ese movimiento y lo hace aparecer. Un ejemplo de ello es la fruta madura.
Muchas veces lo nuevo es el resultado de un esfuerzo y de un trabajo que, con la meta como punto de mira, emprende y cumple algo. También en este caso lo nuevo es previsible, puesto que el movimiento ya está en marcha. Su resultado ya ha sido pensado anticipadamente y sólo falta que se dé. Eso sí, con la ayuda de un esfuerzo y un trabajo.
Es diferente el caso de lo nuevo que aún no ha sido pensado y que, por esa razón, nos resulta inimaginable. Eso nuevo primero ha de ser pensado. Aquí lo nuevo es el resultado de una comprensión que vaticina, que puede reconocer lo que se va a dar, algo que se pueda dar porque es pensado de manera reconocedora. Este reconocer es creativo.
¿Cómo puede ser creativo y volverse creativo? Porque se aparta de pensamientos anteriores que ya habían fijado una dirección. Este reconocer mira, sin la carga de todo lo previo, a algo desconocido que se despliega ante él sin tener una intención determinada. Como ese reconocer está orientado y como espera hasta que venga a su encuentro y salga a la luz algo que hasta entonces estaba en la oscuridad, mediante la espera produce algo, mediante la espera atenta.
Repentinamente a este reconocer le viene la comprensión decisiva.
¿Este reconocer es un reconocer creativo? ¿Lo que se muestra es el resultado de ese reconocer o de un movimiento que de buena gana muestra algo nuevo para que pueda ser reconocido?
Este reconocer se vuelve creativo porque obedece a una ley diferente. Lo nuevo puede ser encontrado porque se muestra a la vista. Se muestra porque nuestro reconocer ya estaba preparado de antemano para ese mostrarse, orientado hacia él y a la espera, sin poder saber previamente qué se le iba a mostrar.
En ese sentido este reconocer es puro y está exento de todo lo que pudiera distraerlo o hacerlo susceptible de servir a otros objetivos. Por eso tenemos esa capacidad de reconocer mediante una limpieza interna. Gracias a ella nos volvemos abiertos y estamos disponibles para algo nuevo e inesperado.
En este contexto, ¿qué significa “dispuesto”? Que dicho reconocer también está preparado para las consecuencias de esa comprensión, sin importarle qué le exija.
Lo nuevo de esa comprensión siempre es algo grande con consecuencias trascendentales. ¿Cómo es posible que se muestre para nosotros? Porque desde otro lugar existe esa voluntad.
Extraídos del libro Cuentos de vida, editorial Alma Lepik.
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