Este próximo sábado, la terapeuta Edlín Ortiz Graham facilitará un Taller de Constelaciones Familiares alrededor de este tema. Te invitamos a participar. Reserva tu lugar en nuestros teléfonos: (55) 5211-9051 y 5211-3346.
Bert Hellinger
El intercambio es posible por la necesidad de equilibrio. Cuando nos dan necesitamos dar, devolver, de un modo irresistible. En la pareja y en la historia entre pueblos también. Si un país se ha extendido demasiado, luego hay una presión contraria hasta que sea como todos. Por ejemplo Colombia, Venezuela: la vuelta de la conquista de los españoles es la salida actual de los nativos. Vean los países eslavos, como están encontrando su dignidad ahora.
La relación de pareja es de amor, se da con amor. Uno da con amor, el amor da de vuelta con amor; da un poco más, el otro devuelve un poco más, el intercambio y la felicidad aumenta, el vínculo se profundiza.
El que da demasiado amenaza la relación. No debo dar más de lo que el otro me puede devolver. Hay un límite a lo que se da y lo que se pide al otro. El que da demasiado está en una postura de poder, obligando al otro. Si doy demasiado actúo como una madre.
La libertad ¿qué es? Es: no doy nada, no recibo nada, no estoy vinculado, estoy libre y vació.
El amor ¿qué es? Estar lleno y vinculado.
El equilibrio negativo
Si uno hace daño el otro siente la necesidad de devolverle ese daño, y sólo si lo hace se restablece la relación.
El perdón
¿Qué impide el restablecimiento de la relación? El perdón. El perdón es un veneno. Uno se sitúa por encima del otro. El perdón separa.
El instinto de venganza
Si estoy herido, deseo herir al otro y hacerle más daño todavía. No es mala intención, es un movimiento arcaico que se desarrolla en el alma, quiero destruir al otro, tengo deseos asesinos. No es maldad, es un proceso elemental que nos vincula con los movimientos primitivos de nuestra historia, de supervivencia de la especie, para tener seguridad con respecto a nuestro grupo.
Este instinto de supervivencia no se debe subestimar. Lleva a la destrucción mutua.
Hay parejas que se juntan y dan el poder de destrucción a una instancia superior - el estado – y eso les protege de su propia voluntad de destrucción (es un instinto que existe dentro de todos nosotros). Entonces empieza el pillaje y la destrucción mutua.
El orden nos protege porque amaestra nuestra voluntad destructora. Entonces la desplazamos, la transferimos a la crítica, a los debates, a través de los media sobre todo. La destrucción tiene allí toda libertad.
El orden establecido permite canalizar la voluntad destructora: denuncias, acusación, justicia. Dios también es movido por la voluntad destructora: el infierno de los cristianos.
La expiación es voluntad de destrucción dirigida a uno mismo. El deseo de sagrado es también lo mismo: los ascetas se destruyen a si mismo.
En la pareja, algo se puede hacer si uno ha hecho daño: el otro debe vengarse con amor, para salvar la relación. Le hace algo menor de lo que le ha hecho, el otro se sorprende y el amor empieza de nuevo.
¿Cómo ir más allá de la moral en la relación? Cada uno da al otro el permiso de diez faltas, y así, la relación permanece humana y corriente.
Fidelidad a quién o a qué
Te quiero y quiero a lo que nos guía, quiero a lo que te guía, quiero a lo que me guía. Es una doble fidelidad.
En una relación es un error creer que hay que estar fiel en todo, hay que poner primero la fidelidad al destino propio, a algo superior, a lo divino en su alma, al movimiento profundo de su alma. A veces esto obliga a la separación, por que el otro no le quiere seguir, o lo obstaculiza. Entonces se tratará de una separación con amor. Quiero al otro y a su destino, me quiero a mi. Cada uno puede apoyar al otro incluso cuando se separan.
Trascripción y traducción de Brigitte Champetier de Ribes
© Copyright 2011 Instituto de Constelaciones Familiares de Madrid
No hay comentarios:
Publicar un comentario